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sábado, 7 de marzo de 2015

Alvaro y el Titan. Capítulo 4.

Era sábado 27 de Septiembre. El viento y la lluvia azotaban las ventanas. Miraba al cielo, pensando en que hoy era el día, la hora. Nervio y ansia.
 Sonó el despertador y como un resorte los dos estábamos de pie. Alvaro me miraba, sabia que hoy era un día especial. Hoy conocería al Titan.
Nos dirigíamos a la salida . La noche había sido dura. Cuando llegamos, percibimos miradas torvas, cabezas gachas, desanimo, pero sobre todo rabia. Muchas horas, sueños, esfuerzo y trabajo. Algunos se iban, con la pena en el alma. Otros se quedaban. Nadie juzgaba. Por que todos, todos sabían que no era justo. Pero el tiempo es implacable, incluso con los Titanes.
Note como Alvaro se ponía erguido, miraba y buscaba. No lo conocía. Pero me había escuchado hablar de el, de su lucha, de su coraje de su gran corazón. De pronto percibí una sonrisa en su rostro, y escuche un grito. Papa es el!!. No se ni como, ni por que, pero lo reconoció. Supongo que los guerreros se conocen, se perciben entre si.
Allí estaba el. Donde otros miraban al suelo con desanimo, el miraba al cielo. En su gesto y postura, había tension, pero también cariño. Miraba y buscaba a un amigo. En sus ojos no existía la duda, ni la rabia. Solo la busqueda de un porque. De una respuesta.
De repente se giró y se vieron. Con una sonrisa, vino y le dijo a mi pequeño. Hermano, una de estas plumas será tuya.  Cuando llegue a la fuente, esta pluma te pertenecerá.
Solo los que sabemos su historia, sabemos de la importancia del gesto. Solo los grandes, aún en  medio de la pérdida, son generosos con los demás guerreros.
Le acaricio su cabello rubio y volvió a su puesto.
Papa donde se dirige el Titan? Me dijo Alvaro.
Va a cumplir con su deber. Hoy debe luchar, contra los monstruos de las profundidades. Derrotar a la montaña y entrar victorioso en la plaza soñada. Muchos son los llamados pero pocos los elegidos.
Sonó un ruido ensordecedor, el agua hervia bajo los fuertes brazos de cientos de guerreros. La furia de la noche, no era bastante para acabar con ellos. Solo los fuertes, los intrépidos de corazón pueden derrotar a los demonios de la montaña. Pasaron los primeros y Alvaro se preguntaba donde estaría el guerrero alado.
Paciencia hijo, la lucha es dura y los demonios fieros.
Se veía a lo lejos un grupo. De repente emergió de las profundidades. En sus ojos no había duda solo determinación. Los monstruos del lago habían sido duros, pero no lo suficiente.
Nos fuimos a su puesto. Estaba concentrado. Sin prisa pero sin pausa, se colocó las zapatillas, se colocó las plumas y con los dientes apretados nos miro.
 Se señaló a una de las plumas y le dijo. Alvaro esta es tuya. Espérame en la fuente.
Como si de una aparición se tratara, salió disparado. Lo seguimos con la mirada.
Nos miramos Alvaro y yo. Sabíamos que la montaña iba a ser implacable.
Poco a poco nos fuimos acercando a la plaza. Al lugar donde los sueños se hacen realidad. Donde si vences a la montaña, puedes alcanzar la condición de Titan.
A lo lejos se escuchaba la lucha. Preguntamos a los amigos que esperaban en la cumbre. Como esta el guerrero alado?
Mis amigos me contestaron. A caso no escuchas el quejido de la montaña? Las palomas se retuerce de dolor ante la pisada de los titanes. El guerrero alado apretaba los dientes a cada paso. Iba sobrepasando a otros guerreros a la velocidad del rayo. La montaña se retorcía a cada paso a cada aliento. Cuando todos creíamos que lo peor había pasado. Cuando creíamos que las palomas estaba derrotada. Como si de una venganza se tratara, la montaña, envió a sus esbirros de nuevo. Envío la lluvia, el viento, el trueno y el relámpago.
Pero el guerrero alado estaba decidido. Nada, ni nadie impediría derrotarla, someterla.
Cuando todos pensábamos que todo habia acabado, cuando el desánimo llegaba a nuestros corazones. Cuando todos lo creiamos perdido. Hombres de poca fe.Ilusos de nosotros, el guerrero alado doblo el recodo del camino. Con los ojos húmedos, con los dientes apretados y mirando al cielo, cruzo la meta. En silencio y con su mente puesta en otra dimensión, en otro lugar, buscando a su buen amigo, se dirigió a la fuente. Allí como si de un ritual de purificación se tratara ofreció su ofrenda a los dioses de las montañas. Con el respeto que solo los grandes guerreros tienen por sus adversarios les grito. Hermanos, Otro año mas, os he vencido!!!
Alvaro lo miraba. Contemplaba el ritual, no quería perturbarlo, por que sabia que era su momento. El momento de saborear lo conseguido.
De repente, sus ojos se fijaron en mi pequeño. Arranco una pluma de su brazo. Y se dirigió hacia el. Se miraron y el Titan le dijo. "Pequeño guerreo, soy un hombre de palabra. Esta pluma es tuya,consérvala". Algún día tu deberás tomar el testigo. Tu debes derrotar a la montaña.
Alvaro lo miro agradecido, sabiendo del privilegio que suponía.

Se alejó poco a poco como vino. Sin ruido, en paz, con el deber cumplido. Bajo la lluvia lo vimos desaparecer. Pero los dos sabíamos que pronto volveríamos a saber de el.