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lunes, 20 de abril de 2020

GIGANTES

Otro días más en esta situación distópica, en esta situación impensable, hasta hace solo unos meses. En la que todos tratamos de sobrevivir de alguna u otra forma. Como mejor sabemos, como mejor podemos. Aportando nuestro granito de arena, en este enorme mar de vidas a la deriva.

 Otros tantos desgraciadamente, solo se entretienen en poner palos en las ruedas.

Mientras unos y otros se ensalzan en una lucha fratricida ( que novedad en esta España mía, esta España nuestra), todos los días salen en los noticiarios, las cifras de fallecidos. Ayer, con una sonrisa de complacencia en los labios, una periodista daba la dichosa cifra, exclamando que hay lugar a la esperanza, ya que solo había habido menos de 400 muertos.
Al instante, acudieron a mi, las imágenes de aquellas muertos. Como fantasmas, sin caras, solo siluetas, solo recuerdos que deberán atormentarnos a los habitantes de este mundo por muchos años.

EL ser humano es de memoria frágil, todos los sabemos y posiblemente cuando esto pase, olvidaremos a los miles, de almas que se fueron, en soledad. A las miles de familias que no pudieron despedirse de aquellos a quien amaban, que no pudieron recibir los abrazos de consuelo, las caricias y las lagrimas amigas que tanta falta hacen en esos momentos. Pero sobre todo habremos olvidado, si alguien no lo remedia, a la generación, que sufrió la posguerra, que sufrió la dictadura, que levanto el país en los primeros años de la democracia. A  aquellos que supieron perdonar y reconciliarse, para que este proyecto de país saliera adelante. Olvidaremos a aquellos, que en sus últimos años de vida cuando debían estar disfrutando de su jubilo, tuvieron que salir de nuevo al rescate de sus hijos, de sus nietos, del país, con sus escasas pensiones, para que se salvaran los bancos. Y ahora cuando todo aquellos parecía un mal sueño y parecía que descansarían, los volvemos a dejar solos.

El ser humano es curioso, se complace con cifras, a algo se tienen que agarrar. Pero por favor, cuando esto acabe, no dudéis en honrar a nuestros héroes, a nuestros gigantes, por favor os ruego, os suplico. No olvidéis, no los olvidéis.
No se quien tiene la culpa. La historia lo dirá. Lo que se, es que si los olvidamos, habrá sido el mayor acto de cobardía e injusticia, que una sociedad y un Pais, haya cometido jamas.
Por vosotros, por nosotros, por nuestros, mayores, padres, madres, abuelos y abuelas. Por ellos va mi profundo sentimiento de gratitud. Nunca os olvidaré, va por vosotros GIGANTES.